La fragua de Ramón

La fragua de Ramón, ubicada en un pueblecito extremeño, era el lugar de encuentro de los vecinos. Un espacio donde tenían cabida el debate y las opiniones diversas. Este blog, como entonces la fragua de mi abuelo, es un lugar para compartir ideas, recordar acontecimientos y dar a conocer eventos pero, sobre todo, un espacio en el que la historia es la gran protagonista.

viernes, 4 de abril de 2025

Puede ser una imagen de texto que dice "CONFERENCIA LA BATALLA DE MEDELLÍN 28 de marzo de 1809 a cargo de Juan Ángel Ruiz Rodríguez, Doctor en Historia O Centro Cultural Quinto Cecilio Metello 4 de abril 20.30h Contaremos con la participación de la Escuela de Pifanosy tambores de La Albuera 二ン FNICUIO ΑΠΝΙ ENTIMIIENTO MEDELLIN"

Esta noche hemos estado en Medellín hablando de la batalla acaecida en estas tierras el 28 de marzo de 1809. Trágica jornada que hemos presentado a través de cartografía histórica y testimonios de personas que estuvieron presentes en aquella fatídica jornada. El acto contó con la participación de la banda de Pífanos y Tambores de La Albuera, que nos amenizó la velada con varias ordenanzas y marchas de diferentes procedencias.
 

viernes, 28 de marzo de 2025

 

Esta noche, en un auditorio de la Casa de Cultura de Don Benito casi lleno, he podido compartir con muchos amigos y vecinos dombenitenses algunas reflexiones en torno a la Guerra de la Independencia y, en particular, acerca de lo que supuso la Batalla de Medellín para nuestro pueblo. Gracias al concejal de Cultura del Ayuntamiento de Don Benito, Francisco Javier Sánchez, por su amable invitación. 

Para los interesados en conocer más detalles de lo que supuso la incidencia de la Guerra de la Independencia para los pueblos de las Vegas Altas, aquí les dejo el enlace a un artículo que escribí hace unos años: https://dehesa.unex.es/bitstream/10662/16821/1/978-84-613-5602-7_51.pdf

 

lunes, 25 de marzo de 2024

 

 25 de marzo y Extremadura

 Como cada 25 de marzo, vuelve a nuestra memoria aquel acontecimiento histórico protagonizado por miles de campesinos extremeños que, cansados de esperar, decidieron invadir tierras para ponerlas en cultivo. Antes de esa fecha, fueron muchos los extremeños que abogaron por la necesidad de una reforma agraria que paliara las maltrechas economías campesinas, donde el paro forzoso durante gran parte del año hacía que muchas familias pasaran hambre.
Hoy les traigo un breve artículo publicado en El Obrero de la Tierra en noviembre de 1932 firmado por José Mateos López,  que fue concejal socialista en el Ayuntamiento de Guareña entre 1931 y 1934, y alcalde de esta población desde febrero de 1936, en el que denuncia el hambre y la miseria existente en aquella Extremadura donde los terratenientes se negaban a realizar las labores del campo, boicoteando así el Decreto de Intensificación de Cultivos:

Extremadura, región eminentemente agrícola, tierra de promisión pudiera decirse por su suelo feraz y abundantísimo en la producción de cereales de todas clases, vinos, aceites y ganados, tierra que no debiera conocer el hambre ni la miseria, poque de todo sobra, y, sin embargo, el obrero extremeño se muere de hambre porque los señores propietarios, que son muy cristianos, que van a misa todos los domingos a rogar al Altísimo que les perdone de su culpa y pecado, se niegan a hacer las labores necesarias al campo.

La provincia de Badajoz pasa por un trance difícil. Sus pacíficos habitantes, acosados por el hambre y la miseria, han tenido que recurrir a la violencia, porque se les niega el derecho a la vida (…) Estos obreros no son revolucionarios revoltosos, como se les ha llamado, ni obedecen a mandatos de ningún sector extremista: solamente son seres que, como todos los seres vivientes, tienen estómago y necesitan alimento para ellos y para los suyos (…)

 Tierra: he ahí su pensamiento, su sueño dorado. Tierra para labrarla. Son hijos del terruño, y la tierra debe ser del que la trabaja; pero esa tierra, tan querida por ellos, está en poder de grandes terratenientes, de latifundistas, que muchos de ellos no saben dónde está esa tierra de la que ellos cogen el producto.