Lo que todavía no sabemos de Tartessos
Según la narración, bastante fabulosa, por cierto, de Herodoto, el explorador griego Kolaios sería la persona que tuvo la fortuna, no buscada, de descubrir el territorio habitado por los Tartessos, con lo que esta civilización dejó de ser un mito para convertirse en un espacio real donde abundaban las riquezas y al que se podía llegar navegando más allá de las columnas de Herakles. Tartessos era, para los griegos, la primera civilización occidental.
Una civilización asentada en el triángulo de Huelva, Sevilla y Cádiz que tuvo en la cuenca media del Guadiana una significación especial, como estamos viendo desde que comenzó la excavación de Casas del Turuñuelo. De hecho, hasta ahora, conocíamos algunos aspectos muy interesantes de su cultura material, como la metalurgia, centrada en la riqueza minera, sobre todo en el período de la legendaria figura de Argantonio (ahí está el fabuloso Tesoro de El Carambolo como muestra), la orfebrería (con el fantástico Tesoro de Aliseda), los marfiles (seguramente fabricados en Siria), o la cerámica (con el Jarro de Valdegamas como testigo). No menos sorprendentes fueron los descubrimientos hallados en Cancho Roano, La Mata o, aquí más cerca, en Medellín, la antigua Conisturgis, donde se halló una de las necrópolis tartésica más interesantes de España, además de la copa en arcilla, denominada Kylix, seguramente de procedencia griega.
Desde mayo de 2014, cuando se iniciaron las excavaciones, el yacimiento de Casas del Turuñuelo de Guareña, no deja de sorprendernos. Desde aquella primera estancia 100, donde se descubrió una especie de altar con forma de piel de toro, así como numerosos trozos de vasija o la famosa bañera, hasta lo que en 2017 fue considerado una novedad constructiva: la escalera, que conducía a la hecatombe, posteriormente descubierta en el patio. Esos restos de caballos, vacas, cerdos y hasta de un perro, todos perfectamente colocados en el suelo, llamó la atención mundial. Al año siguiente, en 2018, una nueva habitación se presentó frente a los arqueólogos y en ella los restos de un hombre.
Pero con todo, esos cinco bustos, probablemente dos hombres y tres mujeres, encontrados en la última campaña de excavación en El Turuñuelo de Guareña, y que han sido mostradas en la mañana de hoy por los responsables de la excavación, son las primeras representaciones humanas que conocemos datadas en el siglo V a. C., por lo que suponen un hallazgo que cambia muchas hipótesis planteadas, hasta el punto de que Esther Rodríguez, codirectora del yacimiento, ha dicho que “el hallazgo tiene la misma relevancia que cuando se descubrió la Dama de Elche”. Estamos, como se ha dicho, ante un cambio de paradigma interpretativo de la cultura tartésica.
Así que nuestro reconocimiento a la labor desarrollada por el equipo de excavación y por las administraciones públicas que con su apoyo permiten que conozcamos un poco mejor nuestro pasado y el legado de las civilizaciones que nos precedieron.
Este humilde cronista oficial de la villa de Guareña está encantado de que se le acumule el trabajo. Un placer.
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| Fotografía: Samuel Sánchez. CSIC |
